Hola.
Tenia varios días queriendome encontrar contigo. Revolcarme en el suelo y darme contra tus paredes. No es locura, solo eran ganas de escribir, y desde que te cree, o mejor dicho, cuando te cree, mi objetivo era que podía desbocar mi personalidad en tu espacio, por eso te llame el cuarto de los excesos, porque mi personalidad es excesiva, intensa, pasional como dicen por ahí. Pero resulta que dentro de mi mente habitan 2 conciencias, una a la que hago llamar Erika (La histerica) y otra a la que hago llamar Elena (La serena); pues Erika fue tu creadora, la que quería venir a escupir letras; pero Elena me frena cada vez que siento el impulso. Me llama tonta, sentimental, aburrida, obsesiva... Según ella debería andar haciendo ejercicios y luchando por las causas animales... Y es alli donde mis personalidades se mezclan... Donde Elena se vuelve pasional y Erika pasiva o fresca, ella decide no nadar contra la corriente infernal de este mundo y quedarme por acá inmóvil, casi escondida de todas esas realidades que prefiero ignorar hasta aquel día en el que pueda cumplir mi sueno de hacer feliz a unos pocos animalitos por ahí.
Que te puedo decir que ya no sepas, debe ser eso lo que me frena, que a la hora de la verdad, tu lo sabes todo, solo que al asentarlo en tu suelo y entre tus paredes, es propiedad de todos. Creo que es lo que no le gusta a Elena, pero bueno, que se aplique una de sus lecciones de autoayuda y se calme.
Jajaja un placer saludarte de nuevo mi adorado cuarto de los excesos.
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